Estamos a las puertas de Mayo, parece que las lluvias de la Semana Santa se despejan y, como cada año, llega el momento del cambio de armario. Seguro que lo tienes apuntado en tu planner.
Pensando en positivo, este es el cambio de armario que más mola, ese que te dice ¡ya llega el veranillo!
Otra de las ventajas de este cambio de armario es que quitamos de nuestra vista las prendas más voluminosas y las sustituimos por las más finas lo que suele derivar en más espacio disponible.
No te olvides del sin piedad
Con el cambio de armario, llega también la hora de revisar la ropa de invierno para ver lo que ya no merece la pena guardar. También en lo de verano, tienes que analizar lo que no debió guardarse entonces.
Si alguna prenda está ya muy machacada, o descubres que no te las has puesto en todo este invierno, evidentemente, debería marcharse.
En general, sigue tu instinto. En el fondo todos sabemos lo que nos gusta de verdad y lo que no pero normalmente hay otros factores que nos frenan a la hora de librarnos de ello. Quizá fue muy caro, o fue un regalo, o apenas te lo has puesto. No vale la pena. Seguro que hay gente que lo disfruta bastante más.
Sin piedad.
El cambio de armario en 2019
Del cambio de armario ya hablamos largo y tendido en 2017 y 2018 (aquí, aquí, aquí y aquí) así que este año querría que te centraras en analizar cómo ha evolucionado tu armario desde entonces.
Si eres nuevo por aquí, entonces te recomiendo que visites los posts de los años anteriores donde doy las principales claves y trucos para hacer un cambio de armario de diez antes de seguir leyendo.
Me imagino que, a lo largo de estos años, habrás aligerado mucho la cantidad de prendas que tienes por casa. Habrás llevado a cabo unos cuantos sin piedad y, quién sabe, igual hasta ya ni siquiera necesitas hacer cambio de armario porque te queda todo cómodo y a la vista.
Si es así, si has llegado hasta ese punto, te diría que celebrases tu cambio de armario felicitándote por tu evolución a lo largo de estos años y que te des un homenaje en tu honor. Vete a cenar o de fin de semana o escápate de SPA. Los avances y los éxitos hay que celebrarlos para afianzarlos.
Si todavía no estás en ese punto o vives en una casa muy pequeña como para poder permitírtelo, no pasa nada. Estas cosas llevan su tiempo, a veces más y a veces menos y, otras veces, no es posible por distintas circunstancias.
No te juzgues si sientes que no avanzas en el tema del armario. A cada uno nos es más fácil avanzar por puntos distintos. Cuando llegue el momento, lo harás si es que realmente quieres.
Una cosa que el tiempo me ha enseñado es que forzar las cosas no funciona casi nunca.
Siguientes pasos para un armario de diez
A lo largo de estos años, te he hablado ya de la importancia de las perchas (aquí y aquí), de la cajonización de las estanterías, de las cosas que se deben colgar y doblar… pero todavía me quedan algunas cosa por contarte.
A la hora de jugar con las paletas de colores de tu vestuario debes tener en cuenta algunos factores. Si tu objetivo es reducir el número de prendas, deberías aumentar la cantidad de colores neutros y prendas básicas de tu armario. Los estampados y los colores más vivos o chillones no son algo que usemos con la misma frecuencia que un vaquero negro, por ejemplo, pero ocupan el mismo sitio en el armario.
Cuanta más ropa neutra o con diseños básicos tengas, más fácil será reducir tu armario y aumentar las posibles combinaciones de tu vestuario.
Por otro lado, hablando de sensaciones y de ruido visual, debes tener en cuenta que si eres muy amigo de los estampados y de los colores vivos, la sensación que tendrás cuando abras el armario será de mayor ocupación que si usas colores neutros, lisos y claros.
Siendo así, mi recomendación es que si tienes muchas prendas estampadas o de colores vivos aumentes la separación entre las perchas. Si la metes en cajones, intenta no juntarla demasiado. Cuando existe espacio alrededor de la ropa chillona rompemos ese efecto de ocupación y aportamos ligereza.
Para terminar, mi último consejo es que agrupes tu ropa en función de su color además de por su tipo.
Por ejemplo, si tienes camisas de varios colores, puedes colocarlas de los más ocuros a los más claros. Lo mismo es aplicable a jerseys, camisetas o pantalones.
Esto no solo permite alcanzar una mayor armonía y limpieza visual. Además es tremendamente práctico.
Normalmente, cuando nos vestimos, tendemos a pensar en colores. Nuestros looks suelen partir de una prenda concreta y, a partir de ahí, elegimos todo lo demás.
Por ejemplo, te apetece ponerte la camisa blanca nueva. Como es blanca, normalmente buscarás un pantalón oscuro para contrastar y seguramente una chaqueta también oscura que combine con el pantalón. Lo último serán los zapatos que seguirán el mismo patrón.
Si esta es tu forma de pensar, entonces seleccionas tu ropa, evidentemente, por colores. Así, tenerla ya previamente organizada por colores te resultará tremendamente cómodo e intuitivo, reducirá ese mini estrés que tenemos a veces al elegir qué ponernos y armará tus looks muchísimo más rápido y con más alegría.
Conclusión
Hay muchas cosas todavía que se pueden conseguir para mejorar el armario. Eso sí, la base de todo sigue siendo tener un número de prendas que encaje con el espacio que tienes disponible.
Después, bueno, depende de muchas cosas. Cada armario, como cada persona, es un mundo.
Pero cuéntame, ¿este es tu primer cambio de armario desde que me conoces o ya llevas más de uno? ¿Has notado la evolución desde que aplicas mi método de armarios? ¿Te apetece darle un nuevo repaso a tu ropa o te da mucha pereza?
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