El tema de la suerte, la buena y la mala, está muy manido. Seguro que estás cansado de encontrar recetas, artículos, libros y hasta cursos que te prometen mejorar tu suerte.
Mi opinión personal es que la suerte, efectivamente, existe pero el asunto no es tan sencillo. ¿Qué es exactamente la suerte? ¿Cuántos tipos de suerte hay? ¿Puede «forzarse» la suerte?
Y, lo que hoy voy a tratar de contar, ¿puede el orden «atraer» la buena suerte?
¿Qué es la suerte?
Existen muchos tipos de suerte. Un ejemplo sería la suerte referida a juegos de azar. Conseguir resultados estadísticamente improbables pero posibles. Siento decirte que si es esto lo que estás buscando, aquí no lo vas a encontrar. Aquí, ni en ningún sitio.
Las matemáticas son una ciencia exacta por algo y, aunque pareza increíble, tenemos la mismas posibilidades de que en la lotería de navidad salga el 00000 que cualquier otra combinación. Lo demás son castillos en el aire.
Entonces, ¿de qué suerte estamos hablando? Pues yo te hablo de sensaciones, de lo que te hablo siempre. Lo importante no es lo que ocurra en tu día a día sino lo que tú percibas que ocurre.
Cuando alguien está deprimido, tiende a percibir todo como algo malo, como mala suerte. En cambio, cuando estás on fire, los pequeños tropezones los consideras algo accidental o igual ni te das cuenta. Esa es la suerte a la que yo me refiero.
Además, existe otro tipo de suerte que sí se puede forzar, yo la llamo la suerte causal. La suerte causal se llama así porque tiene una causalidad aunque no seas consciente de ella. Es decir, ha ocurrido algo bueno porque tus acciones la han provocado.
¿Esto qué quiere decir? Pues quiere decir que esta suerte puede forzarse.
Cómo puedo forzar mi suerte
Te lo voy a explicar con un ejemplo fácil que es como más me gusta explicar las cosas. Seguro que lo pillas a la primera.
Imagina que te gusta viajar, te anima y te carga las pilas. Sueñas con grandes viajes y con «poner chinchetas» en cada país. No obstante, resulta que tienes el pasaporte caducado desde tu último viaje largo antes de tener a los niños.
¿Qué ocurrirá entonces? Pues puede pasar que te surja una buena oportunidad de repente, sin planearlo pero para cerrar rápido, te encaja en tiempo dinero. Pero «qué mala suerte», no te daban cita para renovar el pasaporte a tiempo.
Además, de esto, ayudará echar un vistazo de vez en cuando en las webs de viajes. No se trata de volcarse en exceso pero sí de estar pendiente.
En la vida, hay muchas cosas que podemos tener preparadas de antemano «por si surge» la oportunidad. Esto es suerte causal, cuando mueves los hilos de tu vida para alcanzar unos fines concretos. Las cosas no vienen a buscarte al sofá de casa, hay que ir a buscarlas.
Picasso tenía una grandísima frase al respecto:
Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando.
Eso es lo que yo te propongo, que cuando llegue la suerte, te pille con todo preparado.
Y qué tiene que ver el orden con todo esto
El orden te ayuda principalmente en dos aspectos. El orden de rutinas te permite liberar tiempo para enfocarlo en eso que quieres conseguir (tu proyecto, tus viajes…). El orden en el hogar te permite, además de ahorrar tiempo, mejorar tu concentración, liberar tu mente de pequeñas molestias superfluas y reducir tus tensiones.
Con todo esto lo que consigues es evitar estados depresivos, de ansiedad o de simple bajón. Esto permitirá que cuando lleguen los tropezones (que seguirán llegando, no te voy a engañar) los afrontes con otro ánimo.
Por un lado usarás esas fuerzas recuperadas y ese nuevo tiempo libre en lo que te apetece, y eso te animará. Te darás cuenta de que vas tachando cosas de tus listas, que vas cumpliendo objetivos y eso te hará sentirte fuerte.
Por otro lado, ese espíritu fuerte hará que deseches esos momentos de «mala suerte» con un «mala pata, no me voy a venir abajo por esto con todo lo que he conseguido, a la siguiente irá mejor».
Rodéate de cosas que te inspiren y te hagan sonreir, deshazte de todo lo que te lastra o te causa malos pensamientos, aprende a vivir con menos, a ser feliz con pequeñas cosas y arranca proyectos e ideas que te hagan sentir que tú decides.
El problema con los trabajos habituales es que dejan poco tiempo para la vida y al final sientes que solo te estás dejando llevar a un lado y al otro. Necesitas hacer cosas que te hagan sentir dueño de tu tiempo y de tu destino.
Con todo esto, tu percepción cambiará. Te sentirás fuerte, animado, te sentirás con el control, estarás «forzando» tu suerte y llegará.
Puedes creerme, llegará.
Conclusión
Si quieres, puedes. Esta es una verdad tan antigua como el mundo. El destino está en nuestras manos y somos nosotros los que decidimos en qué invertimos nuestro tiempo, nuestros disgustos y nuestras alegrías. Nosotros decidimos sobre lo que es «buena suerte» y lo que es «mala suerte». Es todo mental.
A veces te pasan cosas y te amargas pensando en lo que se te viene encima pero semanas o meses más tarde te das cuenta de que aquello cambió tu vida para mejor como nunca lo hubieras imaginado. Un despido forzó mi vena emprendedora y no me ha abandonado hasta hoy. Fue una gran suerte aunque no lo vi así en su día.
Internet está lleno de historias de gente cuya vida se volvió enormemente feliz después de tener «malísima suerte». Piensa que, seguramente, si estás leyendo este post es porque tienes muchísimas razones para sentirte muy, muy afortunado.
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