En los últimos meses, hablando con unos y otros, me he dado cuenta de que mucha gente no entiende exactamente qué significa el minimalismo.
Como sabes, en Pon tu vida en Orden, he intentado explicar un poco las raíces del método y las distintas influencias sobre las que lo he construído. El minimalismo es una de ellas.
Yo no soy especialmente extrema con el minimalismo. Comparto en gran parte su visión pero todavía no he alcanzado un nivel en el que yo misma me pueda considerar una minimalista.
Significado de minimalismo
El minimalismo es un estilo de vida que fomenta el vivir con lo mínimo indispensable. Como ves, dentro de esta definición entra todo el mundo porque, ¿quién decide que es indispensable para cada uno? Es por esta razón por la que hay distintos niveles.
Es posible que pienses que para ser minimalisma deberías vivir en una especie de templo japonés de esos que en un salón de cien metros cuadrados solo tienen un jarrón y una alfombra. Para nada.
El asunto va más en el sentido de «¿para qué necesitas diez chaquetas? ¿No tienes suficiente con una o dos?». Inevitablemente, tras esas primeras preguntas viene la respuesta lógica. «Vale, tendré solo dos chaquetas pero me tienen que encantar y deben ser versátiles. Ah, y no importa que sean caras, al fin y al cabo, me voy a ahorrar otras ocho».
Seguro que esto ya te va sonando más. Y es que ahí es donde mi método encaja totalmente con el minimalismo. Lo de tener por tener y comprar por comprar, definitivamente, no va conmigo.
Ahí es donde empieza el camino al minimalismo. Después, bueno, ya veremos a donde nos lleva. Otra cosa que he aprendido con los años es a no preocuparme demasiado por el futuro. Ocuparte sí, preocuparte no. Al fin y al cabo, quién sabe lo que pasará mañana.
Beneficios del minimalismo
Supongo que no te descubriré la pólvora explicándote en qué te beneficia el minimalismo porque ya hemos hablado de esto varias veces aunque no le pusiéramos nombre.
Conforme lo vayas aplicando y vayas reduciendo la cantidad de cosas que necesitas para vivir, te sentirás más aliviado, como si soltaras lastre. Más cosas solo significan una cosa segura, más problemas.
Para demostrarlo, siempre uso el ejemplo del coche. Un coche da problemas, hay seguros que pagar, impuestos, igual lo metes en un garaje, sufre averías, hay que echarle gasolina… Dos coches multiplican los gastos, las averías, las cosas que hacer. Y así con todo. Es una verdad universal. Más cosas siempre es igual a más problemas.
Por otro lado, ya sabes que los espacios, cuanto más vacíos, más calma te aportan y los ordenas y limpias más rápido. Además, necesitas menos metros cuadrados, lo que te permite vivir en una mejor zona o evitar mudanzas indeseadas.
Créeme cuando te digo que es un tipo de vida que te hará más feliz.
Cómo empezar con el minimalismo
Si eres un lector habitual, es probable que ya hayas dado tus primeros pasos y seguro que ya has descubierto parte de sus beneficios. Si es así, estaría genial que lo pusieras en los comentarios para animar a los que todavía no han dado el paso.
Lo primero que debes hacer para encaminarte a este mundo del «menos es más» es hacer una especie de inventario de todo lo que tienes en casa. Es un rollo, lo sé, pero lo cierto es que la mayoría de la gente no es consciente de todo lo que tiene. Siempre ocurre que, al ponerlo por escrito, nos sorprende hasta a nosotros mismo.
Si te cuesta dar este tipo de pasos, es mejor que lo hagas por fases, dividiendo el trabajo por habitaciones o por tipo de objeto o prenda.
Una vez tengas la lista, pregúntate cuántas de esas cosas te gustan realmente, olvidándote de otras consideraciones. No importa si son regalos o si fueron carísimas. Ahora no vamos a tirar nada, es solo una lista. No te engañes y sé sincero.
Ahora sí, llega el momento de tirar y donar
Cuando te decidas a tirar o donar lo que ya no quieres, empieza por lo fácil. No te vayas a los recuerdos o a esa colección a la que tienes tanto cariño. Tienes que empezar siempre por cosas que no te de ningún reparo perder de vista, que no te cueste. Lo demás, déjalo estar de momento.
Una vez te libres de lo innecesario, piensa si con lo que te has quedado es suficiente o necesitas reponer algo. Otra vez, importantísimo, sé sincero. Mucha gente no tiene más de tres pantalones. En serio, no hace falta más. Además, siempre puedes probar y, si ves que te hace falta, vas y compras un cuarto. Es muy importante ese detalle, compra algo solo si realmente te hace falta o si te gusta tanto que lo hace realmente especial.
También ponte un límite con el espacio. Si no tienes espacio para más, entonces tendrás que negociar contigo mismo para hacerle sitio.
Y ya. De momento no hagas nada más. Sólo con esto, si eres capaz de llevarlo a cabo, notarás una mejoría brutal en todos los aspectos de tu vida.
Te puede ayudar utilizar el planner (espero tener los nuevos ya en la shop la semana que viene) para ponerte pequeños objetivos que midan tu avance. A mí es una técnica que me ayuda mucho.
Conclusión
Olvidándonos de la etiqueta de ser o no ser minimalista. Ya ves que esta filosofía se basa en unos pilares realmente sencillos (que no fáciles).
Me gustaría animarte a que lo intentes, poco a poco. Hasta el camino más largo empieza con un solo paso. No intentes hacer un cambio drástico porque eso siempre acaba en un efecto rebote y mucha frustración. Este tipo de cambios vitales hay que hacerlos despacito.
Y, para despedirme, decirte que este sábado estaré firmando libros en la Librería La buena letra en Gijón (c/Casimiro Velasco 12). Si te animas a pasar, estaré encantada de saludarte.
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