A veces nos frustramos pensando que para ser felices necesitamos muchísimo dinero o una casa enorme.
Lo cierto es que no es necesario. No obstante, más allá de eso, me gustaría hablar hoy de las cosas a las que fijamos nuestra felicidad.
Qué es la felicidad
Como siempre, antes de abordar un problema o un tema, lo primero es entenderlo. ¿Qué entendemos por felicidad? Seguramente hay tantas respuestas como habitantes en La Tierra.
Para mí, la felicidad es la ausencia de problemas y de preocupaciones combinado con pequeñas cosas que me hagan sentir bien. Hace tiempo que abandoné los grandes deseos imposibles y ya ni siquiera juego a la lotería.
Y, hablando de lotería, tal vez recuerdes el anuncio de la Once ese que decía que «no tenemos sueños baratos». Tal vez ese sea el problema.
Lo cierto es que, si tuviéramos todas esas cosas, bastante difíciles de conseguir, que creemos que nos traen felicidad, seguramente querríamos muchas otras más. Ese, precisamente, es el ciclo de pensamiento que tenemos que romper.
Hay una frase del actor Jim Carrey que nos viene al pelo en esta situación:
Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta.
Cómo alcanzar la felicidad
Ojalá fuera tan fácil hacerlo como escribirlo. Para mí, cada día está más claro, aunque reconozco que cada paso me sigue costando todavía. La felicidad está en necesitar cada vez menos: un coche que de pocos problemas, pocos gastos fijos y una vida sencilla.
Incluso en una vida en la que tenemos que ir al trabajo y, todavía, hacer muchas cosas que no nos gustan, la vida se esconde en los pequeños detalles.
- Unas velitas bien colocadas
- Una mantita amorosa.
- Un té caliente viendo una peli
- Una tarde lluviosa riendo con los amigos en casa
- Tardes de playa con los niños
- Un día soleado en el campo
- Esa planta que tanto te gusta
- Vestirte cada mañana con ropa que te hace sentirte bien
- Un buen libro antes de dormir
- …
Estos son solo algunos ejemplos, y no son precisamente caros.
Así, para mí, la felicidad se alcanza en dos fases. La primera, librándote de todo lo que te sobra y te agobia, de todo lo que te da problemas. Lo segundo, rodeándote de pequeñas cosas y momentos que te hacen sonreir cada día.
Parece algo sencillo pero, lo cierto, es que es bastante complicado de conseguir.
En busca de la felicidad: paso a paso
Como todo gran objetivo, no podemos ir a por la felicidad de golpe. Divide y vencerás.
Después de haber llevado a cabo tanto Sin Piedad, llega el momento de rodearnos de detalles. No vuelvas a comprar por comprar, eso quedó atrás. Vamos a centrarnos primero en lo que más usamos en el día a día.
Por ejemplo, antes de comprar ropa, puedes echar un vistazo a algunos outfits que te inspiren y te enamoren. Localiza prendas concretas, que disfrutes, de las que te enamores y ponlas en el planner, en alguna de tus listas de objetivos. No hay nada peor que ir de compras sin objetivo.
Lo mismo deberías aplicar a cubertería, vajilla o cristalería. No tengas decenas de vasos o platos, ten pocos pero enamórate de ellos, disfrútalos. Busca, enamórate y márcate tus objetivos. No lo necesitas todo mañana. Cuando las cosas cuestan un poco, se disfrutan mucho más. Haz que cada objeto que entra en tu casa tenga una utilidad, un motivo y que sea especial.
Tu gran aliado: las rutinas
Crea pequeñas rutinas placenteras. La felicidad hay que cultivarla cada día. Velas, aceites, sales, música adecuada… la mayor expresión del lujo es poder vivir sin prisas.
Si lo tuyo es el café, vívelo al máximo. Con lo que ahorras dejando de comprar cosas innecesarias, compra una buena cafetera o un buen café. Siéntate después de comer en tu rincón especial a disfrutarlo. Es tu momento.
¿Más ejemplos? Tiras de naranja cubiertas de chocolate, una copita de buen vino por la noche, una burrata con tomate y albahaca cultivada en casa.
¿Necesitas realmente miles de euros para conseguir algo así?
El reto es conseguir disfrutar de esos pequeños detalles cada día hasta que cada día sea una sucesión de momentos felices. Esto hará que se reduzca tu estrés, que vivas más tranquilo y que los problemas parezcan más pequeños. Es «automágico».
Conclusión
La felicidad no es tan difícil de alcanzar, creo yo, siempre que no seas muy exigente. Lo que ocurre, normalmente, es que miramos en el sitio equivocado o, peor aún, ni siquiera tenemos tiempo para mirar.
Próximos talleres en Sevilla y Madrid
En las próximas semanas estreno ciudad. Estaré en Sevilla, el sábado 7 de Abril, con los talleres 21 días para tener tu casa en orden y Aprende a crear tus rutinas.
Además, el 13 y 14 de Abril tendremos talleres también en Madrid, con una pequeña sorpresa que no desvelaré hasta el jueves, cuando pondré las entradas a la venta.
Espero veros a todos por allí.
19 thoughts on “La felicidad de las pequeñas cosas”