Cuántas veces escuchas eso de «a mí las plantas se me mueren», «yo con las plantas soy un desastre» y similares. Puede que alguna vez hayas comprado una planta que no va bien para tu casa por sus condiciones de luz o humedad pero eso no es lo normal.
Estoy segura de que siempre que compras una planta le preguntas al vendedor si es de interior o exterior y cuanta luz o humedad necesita.
Entonces, ¿cuál es el problema?
Como te enseñé la semana pasada en un Antes y Después: de terraza atestada a biblioteca y alacena, tener una terraza cerrada o abierta, no tiene porqué significar tener un trastero extra.
Ese espacio nos puede dar mucho más de sí. De hecho, estoy segura de que te encantaría tener una terraza espectacular, un sitio donde relajarse y disfrutar, en lugar de un trastero.
Vamos a ver cómo conseguirlo.
Hoy te traigo un caso real como la vida misma. Porque está muy bien eso de la teoría y los tips pero lo mejor es ver como se consigue un cambio en una situación de verdad.
La familia de la que te hablo hoy tiene una terraza en forma de L y, como pasa en muchísimos casos, la utilizaron para guardar cosas sin tener antes ningún plan predeterminado.
Así, fueron poniendo una caja hoy, unos papeles mañana, hasta que se les fue de las manos.
