El congelador es una especie de vórtice espacio-temporal en el que se acumulan los filetes de pollo hasta que se convierten casi en fósiles y en donde un experto podría trazar una historia de nuestros hábitos alimentarios de los últimos años leyendo desde el fondo hasta la puerta.
No obstante, de vez en cuando nos vemos en la obligación de descongelarlos, descubriendo cosas de esas que no se cuentan en las reuniones de vecinos.
Esto tiene que cambiar. Es ridículo además de insano utilizar así el congelador. ¿Sabías que, dependiendo del tipo pescado, puede que sólo aguante congelado 3 meses en buen estado? ¿Y la carne? Dependiendo del tipo y si está cocinada entre 6 y 12 meses. El pan puede que solo 1 mes, los helados 2 meses…
En definitiva, el congelador no es magia, tiene sus limitaciones y ocupar un espacio solo para tirar comida no tiene sentido. Por eso, hoy te animo a que incorpores una nueva rutina a tu vida: vacía el congelador.
Cómo hacer la rutina de vaciado del congelador
En un mundo ideal, cada vez que haces la lista de la compra inversa, deberías tener en cuenta todo lo que hay en tu congelador. ¡Puede que incluso te ahorres algunos días de menú con comida ya cocinada!
Yo lo hago desde hace ya muchos años y tengo el lujo de manejarme perfectamente con una nevera de esas que solo tiene congelador en la parte superior con una bandeja. ¡Y muchos meses sobra espacio!
Como sé que esto cuesta un poco, te propongo también un plan B. Dos veces al año vacía tu congelador, sí o sí, sin excusas. Es la mejor manera de asegurarte de que no queda nada medio disecado en su interior y de que no se te estropee casi nada.
Apúntatelo en el planner o en la agenda y trata de que sean fechas mas o menos equidistantes. Las mejores fechas para hacer este vaciado son antes de Semana Santa y antes de las vacaciones de verano. Esta semana la pascua ha caído muy abajo pero, normalmente, cuadra mejor. Precisamente por eso quería contártelo ahora, tres semanitas antes por si te animas a intentarlo con los menús de Abril.
El plan es forzarte a hacer la lista de la compra inversa y «prohibirte» comprar hasta que agotes absolutamente todo lo que tienes congelado. Como aún quedan 3 semanas, puedes ir organizándote para no comer judías verdes durante una semana seguida.
Ventajas de la rutina de vaciado del congelador
Vaciar el congelador de forma periódica tiene innumerables ventajas que, seguramente, nunca te habías planteado hasta ahora:
- Como ya hemos dicho, la primera y más importante de estas ventajas es tu salud. Un vaciado periódico te asegura que la comida congelada estará en mejor estado y conservará sus mejores propiedades. ¿De qué te vale gastarte una pasta en pepinillos ecológicos o ternera de angus si luego se machacan en el congelador durante meses?
- Por limpieza (y más salud). Hay congeladores que pasan años sin limpiarse. Creo que no necesito añadir mucho más a esto para que se entienda.
- Por tu economía. Además de lo evidente, esta rutina te permite ahorrarte unos eurillos importantes en la compra justo antes de momentos de mucho gasto como son las vacaciones.
- Si hubiera algún apagón o se estropease el congelador durante las vacaciones, el vaciado te ahorraría un disgusto y un olor horrible.
- Por los demás, por un mundo mejor, porque tirar comida a la basura es algo imperdonable. Y por enseñar esto a la gente que nos rodea y a nuestros hijos y generar un efecto dominó que cambie las cosas.
Conclusión
Vaciar el congelador de forma periódica te aportará muchísimas ventajas y casi ningún inconveniente.
Como todas las rutinas, la primera vez es cuando más cuesta. En cambio, una vez ya la tienes integrada en tu día a día (o tu mes a mes) apenas notas el esfuerzo. Yo lo comparo mucho con los menús mensuales, los primeros son un rollo pero luego reutilizas y salen casi solos.
Cuando vacías el congelador todos los meses y lo metes en tu rutina de menús y compra inversa, el contenido del congelador es mucho más pequeño de lo que tienes ahora. Inevitablemente, eso lo hace muchísimo más fácil de gestionar y revisar para la siguiente compra inversa. Es uno de esos cambios que, cuanto más se hace, más fácil es.
Tu turno, cuéntame, ¿haces vaciado de congelador periódicamente? ¿Cómo lo organizas? Y, si no lo hace, ¿te animas a probarlo?
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