Hace muchos, muchos años (más bien siete, pero quedaba estupendamente arrancar así), nosotros también teníamos ayuda en casa. Tenía sus cosas buenas, evidentemente, este post no es para negarlo, ni mucho menos, pero también tenía sus cosas malas.
Personalmente nunca me he encontrado cómoda con ayuda en casa, la verdad. Yo soy muy mía con mi espacio personal. Al final, me sentía hasta mal y acababa limpiando yo también. No funcionó. Lo que sí me funciona es ayuda puntual, limpieza de fin de obra o limpieza de primavera/otoño.
La única excepción que hago con esto es con la chica que viene de vez en cuando a cuidar de la peque si nosotros no podemos. Eso sí, su única tarea es jugar y cuidar.
Si tienes ayuda en casa y estás contento, ¡excelente! No hay que cambiar lo que funciona. Si te pasa como a mí o si no puedes permitírtelo, quizá estos consejos te ayuden a liberarte un poco de las tareas doméstica.
1.- Utiliza planificadores
El punto número uno es hacerte un calendario de limpieza semanal, mensual, trimestral y semestral. Para esto puedes usar el planner o la agenda de Orden y Limpieza en Casa o cualquier otra.
Saber qué toca hacer en cada momento y dividir las tareas de forma progresiva es imprescindible para que no se te haga un mundo. No es lo mismo llegar a casa del trabajo y pensar en todo lo que tienes que hacer que mirar el planner y ver que sólo tienes que limpiar el baño para cumplir.
Sin duda este es uno de los mejores trucos que conozco para conseguir mantener una casa sin esfuerzo.
2.- Reparto de tareas
A no ser que vivas solo, la casa es cosa de todos. Desde el más mayor hasta el más pequeño. No te acostumbres a echarte sobre tus hombros el peso de la casa (que es muy grande) porque los demás se acostumbrarán rápido y luego lo convertirán en una exigencia.
A los niños hay que enseñarles desde muy pequeños, con pequeñas cositas que son capaces de hacer por sí solos. Los mayores también tienen su truco. Ten en cuenta que nadie va a hacer las cosas exactamente como tú las haces así que vas a tener que acostumbrarte. No puedes ir corrigiendo a quien quiera ayudarte, por ejemplo, a planchar.
Olvídate también de decir cosas como «para esto, ya lo hacía yo» o «yo tardo la mitad» o «vaya manera de fregar». Enseñar y apoyar. Cada uno hace lo que puede e irá mejorando, sobre todo si están empezando. Si no, acabarás haciéndolo todo tú y quejándote de que nadie te echa una mano.
El reparto de tareas debe ir según la disponibilidad de tiempo de cada uno. Si uno está en casa tres horas al día y otro seis, el reparto de tareas no puede ser al cincuenta por ciento. Ojo, si es que esas horas que no está en casa son por fuerza mayor. Las horas de gimnasio, cine o compras no cuentan.
3.- Apóyate en la tecnología
Tener un robot aspirador, en mi caso, es fundamental. Yo tengo un Roomba y creo que es de las mejores inversiones que he hecho en mi vida. De hecho, escribí un post específico de cómo Roomba me había cambiado la vida.
Después de Roomba llegó Brava para fregar y en mi casa ya no hay escobas o fregonas, todo lo hacen ellas, además, cuando yo no estoy. Es como magia.
La secadora es otro inventazo para olvidarte de tender y la ropa sale bastante estirada por lo que la plancha disminuye. El lavavajillas (aunque yo no tenga), la plancha vertical… Apoyarte en la tecnología te permite disponer de más tiempo libre. Ellos trabajan cuando tú no estas y su coste, si lo comparas con el de una persona en casa todos los meses, se amortiza rápido. Sí, ya sé que no hacen lo mismo.
4.- Rutinas clave
Existen muchas rutinas y muy diferentes como sabes si te has pasado ya por uno de mis talleres de rutinas. No obstante, dentro de estas, hay algunas más importantes que otras.
Las rutinas de mañana y de noche, para mí, son claves. Dejar la casa lista antes de irte a dormir y antes de salir por la mañana de casa cambia tu día completamente. Volver a casa y encontrarte los platos sin lavar o la cama deshecha es desolador. Llegas cansado y lo que menos te apetece es ponerte a recoger o limpiar y eso implica que se quedará así más tiempo e incluso que se acumule. Las sensaciones que transmite una casa limpia son muy diferentes de una que no lo está. Ya no te digo la sensación si llegas a casa acompañado.
En cambio, llegar a casa y tenerlo todo en su sitio y poder tirarte tranquilamente en tu sofá a descansar, incluso a tomar algo, sabiendo que está todo listo… eso no tiene precio.
Pequeños esfuerzas consiguen cambios muy grandes.
5.- Superficies despejadas
Este es un mantra constante en el blog pero creo que hacía mucho tiempo que no hablábamos de él. Tener las superficies despejadas genera un relax visual casi instantáneo, una sensación de limpieza, orden y sencillez que automáticamente nos relaja.
Pero no es solo eso, las superficies despejadas acumulan menos polvo y se limpian diez veces más rápido.
Conclusión
Simplifica tu casa, date ayuda robótica, organízate, reparte los esfuerzos y genera rutinas clave. Créeme, parecerá que la casa se mantiene sola.
Espero que estos 5 truquillos que yo aplico en mi día a día te ayuden a ti también. A nosotros nos han convencido. Algunas veces se nos descontrola, como a todo el mundo, pero no pasa nada. Una casa con vida nunca está impecable todo el tiempo. Sabes que tu casa está de diez cuando en veinte minutos puedes convertir el caos en una casa de revista. Y te puedo asegurar que es posible. Poco a poco.
El 16 de Marzo estaré en Barcelona
Estaré en el centro, muy cerca del Arco de Triunfo. Por la mañana tendremos el taller de 21 días para tener tu casa en orden, un taller muy ameno en el que charlamos sobre las bases de mi método de orden.
Por la tarde tendremos taller de aprender a crear tus rutinas, en el que te enseñaré a generar pequeñas rutinas fáciles de mantener que te ayudarán a tener tu casa a punto como por arte de magia.
¿Nos vemos?
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