Este mes ha tocado ordenar el dormitorio principal. Soy consciente de que no he metido los armarios ni la ropa dentro de este proceso de ordenado pero ha sido premeditado. Todo llegará.
Los armarios dan de sobra para un capítulo entero y lo tendrán llegado el momento. Como siempre, los problemas es mejor afrontarlos de uno en uno.
Hoy voy a contarte cómo establecer una rutina diaria que te ayude a mantener el dormitorio en perfecto estado casi sin esfuerzo.
Ventilar la habitación
Sé que es de cajón y que seguramente lo harás pero también sé que hay quien no lleva muy a rajatabla este paso, sobre todo en verano.
Yo creo que siempre debería ventilarse la habitación, renovar el aire, airear la cama. No es necesario pasarse media mañana con la ventana abierta. Con unos diez minutos es suficiente.
No solo sirve para traer aire fresco y eliminar olores, ayuda a eliminar los ácaros al eliminar la humedad ambiental y renueva el ambiente. No hay nada más dañino para el ánimo que un ambiente cargado.
Si consigues meterlo en tu rutina entre que te levantas y sales de casa, será de nota.
Hacer la cama
¡Como cuesta! Lo sé porque a mí me ha costado un montón coger este hábito pero la diferencia es salvaje. Una cama sin hacer transmite desorden, pereza y desánimo. Lo hace porque tiene el extraño poder de que todo parezca hecho un desastre aunque lo demás esté perfecto. Es horrible.
La diferencia entre una cama deshecha, una cama estirada de aquella manera y una cama hecha en condiciones es impresionante. Afecta enormemente a la percepción que tenemos de todo lo que la rodea.
Sé que es un esfuerzo pero, créeme, vale la pena. Haz la prueba.
Colocar cojines y mantas
Tener la cama llena de cojines y mantitas, sobre todo en invierno, es una gozada. Transmiten esa sensación hogareña y ese confort tan hygge.
Sin embargo, no es raro acabar viendo los cojines apiñados en una esquina y la manta hecha un higo en el suelo. Y eso no es muy hygge, precisamente.
Mi recomendación es que no tengas lo que no puedas controlar. Si te ves incapaz de colocar cada mañana los cojines y la manta después de hacer la cama, entonces, no los tengas.
Recoger el agua
Si eres de los que, como yo, tiene siempre agua cerca de la cama, mi recomendación es que cada día cambies el vaso y regeneres el agua de la botella.
Lo sé, esto no sería necesario hacerlo cada día. En mi experiencia, si no lo haces, lo que ocurrirá es que pasarán semanas sin cambiar el vaso o la botella acabará mostrando signos poco saludables.
Recoge los cables y aparatos
Si por la noche te gusta ver una peli en la tablet o te llevas el ordenador a la cama, deberías dejarlo todo en su sitio a primera hora. Cascos recogidos, cargadores y aparatos en su sitio, etc…
Recoge la ropa
Esto ya deberías haberlo hecho por la noche, antes de acostarte pero, si se te ha quedado algo por ahí, es el momento de guardarlo. Recuerda, superficies libres de objetos innecesario y todo en su sitio.
No es tanto como parece
Parece mucho pero, integrado de verdad en una rutina de mañana, apenas son diez minutos. Pero ojo, son diez minutos que te van a ahorrar muchos problemas el resto del día. De verdad, van a cambiar hasta tu ánimo.
Si consigues hacer todo esto antes de salir de casa, te aseguro que te sentirás diferente al atravesar la puerta. Te sentirás fuerte, seguro y con ánimo para enfrentarte al día que te espera. Nada que ver con salir de casa a toda prisa y pensando en todo lo que te queda por hacer cuando vuelvas.
Como siempre, si no me crees, te reto a que hagas la prueba y me lo cuentes.
Junta esta rutina con los 7 tips para salir a tiempo de casa por las mañanas que te enseñé hace un tiempo. Te prometo que cambiará tu vida.
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