Hoy me gustaría hablarte de una técnica tremendamente efectiva para mejorar el ánimo, reducir el estrés y sentirte mejor. Suena bien, ¿verdad?
Esta temporada voy a intentar centrarme ya más en la segunda parte de mi método. La primera es organizar la casa, la segunda es lo que promete después, cambiar tu vida.
Y no hay nada que mejor refleje la ansiedad y el agobio de nuestro insano estilo de vida que el tic tac de un reloj. Imparable, insensible y brutal.
Quítate las cadenas, olvida el reloj
Creo que no me equivoco si digo que muchos de los momentos más estresantes o agobiantes de nuestra vida los pasamos mirando a un reloj. Bien porque el tiempo no pasa, bien porque lo hace demasiado rápido.
Sea como fuere, el reloj es un aparato demoníaco que nos llena de estrés y ansiedad. Es la antítesis del slow life y un recordatorio constante de que llegamos tarde o de que no nos va a dar tiempo.
Vivimos obsesionados por ganar tiempo, por tener días de 48 horas pero, ¿para qué? ¿Disfrutaríamos más con días más largos? ¿Invertiríamos ese tiempo en ser más felices? Seguramente no.
La clave no está en tener más tiempo sino en aprender a disfrutarlo y a no obsesionarse con él.
Mi alternativa, la música
Poca gente se ha parado a pensar que se puede medir el paso del tiempo de muchas maneras. Mi preferida es la música.
Es ridiculamente sencillo saber cuánto tiempo dura una secuencia de canciones, ya sea el último album de nuestro artista favorito o una lista de reproducción de Spotify.
Además, seguro que tú, como yo, sueles escuchar la música por rachas. Es decir, te gusta un artista o una lista de música determinada durante un temporada y la escuchas todo el tiempo. Después te cansas y buscas algo nuevo y así continuamente.
El caso es que es casi innato que seamos capaces de memorizar de forma natural una lista de reproducción en muy poco tiempo. Y esto lo hacemos de la mejor forma, de una forma sensorial y natural. Es decir, igual no podemos recitar de memoria todos los artistas y canciones de la lista pero es que eso es absurdamente inútil.
No obstante, cuando se está terminando una canción, nuestra cabeza ya empieza a tararear la siguiente sin que casi nos demos cuenta.
Yo utilizo las listas de reproducción para crear secuencias de canciones que ocupen todo el tiempo de mis rutinas habituales. Por ejemplo, mi rutina de mañana o el tiempo que tardo en ir a determinado sitio.
Si estoy en la canción equivocada en un determinado momento sé si voy demasiado rápido o si me estoy retrasando. No necesito usar un reloj para eso. Y, si tengo dudas, siempre tengo el del móvil o el del coche a mano.
Acostúmbrate a dejar de usar el reloj y a medir tus tiempos con música. Te aseguro que la mejoría que vas a notar en cuanto a estrés, ánimo e incluso cansancio va a ser impresionante.
Deja de medir el tiempo y empieza a disfrutarlo. Deja de medir tu vida y empieza a disfrutarla.
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