Para preparar la llegada de mi nuevo taller Monográfico de Armarios en Madrid y Barcelona, hoy quiero hablarte de cómo conseguir el Armario Perfecto.
Puede parecer una utopía, pero el armario perfecto existe y estoy segura de que todo el mundo lo puede conseguir.
En el taller entraremos en profundidad en el tema viendo casos concretos o abordando los problemas que me vayas planteando. Será la oportunidad de resolver todas esas dudas que se te plantearon durante el reto 21 días o para llevarte ese empujón que necesitas para conseguirlo.
No obstante, hoy quiero traerte una pequeña intro acerca de cómo estructurar el armario con algunas guías generales que nunca fallan.
Quítate los miedos
Ya vivas de alquiler o en tu propia casa, personalizar un armario es sencillo y barato. Sí, puedes hacer obras y gastarte un pastizal para conseguir un vestidor de ensueño pero no es para nada necesario. Con muy poco, puedes conseguir un salto de calidad realmente espectacular.
Créeme, después de esto, querrás enseñarle el armario a tus visitas.
Así que lo primero es quitarte el miedo a cambiar o modificar la estructura de un armario. Los armarios están diseñados para ser cambiados, para mover baldas, añadir algunas nuevas o incluso añadirle complementos como cajoneras o barras. Tienes que verlo como un puzzle que modificas para que se adapte a tus necesidades en cada momento.
El truco para unas baldas perfectas
La separación máxima entre baldas debe ser de 30cm. Su profundidad máxima, de 45 cm. Más separación hará que acumules pilas de ropa que se caen y más profundidad hará que metas unas cosas detrás de otras. Ya sabes, si no lo ves, no lo usas.
No obstante, las baldas no son lo más recomendable. Lo único para lo que yo les encuentro una buena utilidad es para los bolsos o los zapatos.
Los zapatos, por ejemplo, quedan fenomenal en Skubbs transparentes de Ikea como estas. En cada caja entran dos pares y, créeme, no darás crédito al espacio que ahorran. Al ser semi-transparentes, se ve el contenido pero mantiene una especie de uniformidad de cajas blancas en el armario que lo hace muy agradable a la vista, eliminando el ruido visual que supondría tener varios pares de distintos tipos y colores (que nunca están ordenados como deberían).
Dale la bienvenida a los cajones
Sin duda los cajones son el verdadero punto fuerte de un buen armario. Ponte delante de tu armario, en la zona de las baldas. Lo ideal sería tener cajonera o baldas extraibles, como máximo, por debajo de la altura de tus ojos. Nunca uses este sistema por encima de los ojos. Es muy incómodo ya que necesitarás taburetes para subirte y ver lo que hay dentro.
Si tienes baldas, ya sabes, o les añades carrileras para que sean extraibles o compras cajoneras interiores de armario. No son muy caras y te aseguro que notarás la diferencia.
Los cajones te permiten aplicar el doblado vertical y reducir salvajemente el ruido visual.
El problema habitual de los armarios es el ruido. Hay demasiadas cosas, a veces, sin una organización muy clara, pilas en horizontal que se caen, desorden en las baldas, multitud de colores y estampados… Los cajones solucionan todo esto de golpe reduciendo la cantidad de cosas que se ven de una vez.
El problema de tener un exceso de cosas a la vista es que, al final, cuando ves demasiadas cosas juntas, acabas no viendo nada porque al cerebro le cuesta enfocarse en una sola cosa o en una sola área. Tiene demasiados estímulos visuales y eso le estresa.
Esta es la misma situación que te encuentras en un escaparate atiborrado de bisutería o en otro con seis o siete piezas bien resaltadas. También es la técnica aplicada por los minimalistas templos y jardines zen japoneses. Menos siempre es más.
Piensa en tus necesidades
Si no tienes vestidos largos, por qué tienes que tener una barra con dos metros hacia abajo. Podrías tener dos barras a dos alturas y duplicar tu espacio, poniendo las camisas en la superior y los pantalones en la inferior. ¿Cómo te imaginas que quedaría eso? Estoy viendo la sonrisa en tu cara, no falla. Pues no puede ser más fácil y más barato.
Los armarios son genéricos y está bien que sean así. El constructor no sabe quién va a vivir ahí ni lo que quiere así que a todo el mundo le pone más o menos lo mismo. Es tu responsabilidad y tu privilegio hacerlos tuyos.
Anímate, analiza tu armario y hazlo a tu medida.
Un buen truco para saber si tu armario está bien o no es separarte y verlo a distancia. Si ves mucho espacio vacío entre baldas o entre barras, si ves zonas atiborradas y otras con hueco… es que algo no fuciona en la estructura y es el momento de modificarlo.
Conclusión
Hoy hemos hablado de cuatro cosas muy básicas pero muy eficaces. Cambiar o añadir baldas, añadir cajones o barras o unificar los zapatos gracias a las cajas semi-transparente son trucos realmente eficaces y, en general, muy fáciles y asequibles.
No necesitas ser un manitas ni contratar una obra para conseguir nada de esto y los resultados saltan a la vista.
Anímate y, sobre todo, piérdele el miedo a estos cambios en la estructura de tus armarios.
Si quieres saber más o meterte más a fondo, el 10 de Noviembre estaré dando el Monográfico de Armario en Barcelona y, el 17 de Noviembre, en Madrid.
¿Nos vemos?
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