Desde que empezamos a vernos por aquí, hemos tratado muchas veces el orden en la cocina. A veces, hasta me da la sensación de que escribo siempre lo mismo. No obstante, lo cierto es que recibo todos los días decenas de consultas que me dicen que igual no es así.
Para mí, como sabes si me sigues desde hace un tiempo o si has leído 21 Días para tener tu casa en orden, la cocina es el punto neurálgico del hogar. Al menos, esto es así en los países latinos donde todo gira alrededor de la comida.
Es por eso que siempre empezamos por este punto, porque suele ser el más problemático de la casa. Hoy vamos a hacer un repaso general de la cocina. Septiembre es un gran mes para ponerla a punto porque estamos recuperando todas las rutinas y preparándonos para el curso.
Presupongo que ya te has puesto al día con los menús en estas primeras semanas de vuelta de vacaciones. Además, ya hablamos también del Batch Cooking como una técnica para organizar nuestras comidas. Ya es hora de dar el siguiente paso.
El plan
Tener la cocina ordenada permitirá que tu día a día sea mucho más relajado. Garantizado. Puedes decirlo en los comentarios si ya lo has comprobado. Hasta hay gente que ha vuelto a disfrutar de cocinar.
Para ello, hoy quiero que te focalices en eliminar y reordenar esas cosas que todos tenemos en la cocina y de las que no se habla, pero que la desordenan mucho, tanto a nivel visual como físico.
Los trapos de la cocina
Esta es una de esas preguntas estrella. ¿Cuántos trapos debemos de tener? Entre cinco y siete. Si nos ponemos políticamente correctos, diré que siete porque todos los días lavarás el que has usado. Dependerá, claro, de para qué cosas uses los trapos.
La realidad es que la mayoría no solemos manchar tanto los trapos cada día como para exigir esa cantidad. Personalmente, creo que con cinco vas muy sobrado de trapos.
¿Dónde los guardo? El que estás usando, cuélgalo en un sitio que esté a mano. A mí me gusta mucho usar el interior de una de las puertas de la cocina para que no se vea. Idealmente, utiliza una puerta cerca de la vitro o del fregadero que es dónde más se suelen usar.
La clave para encontrar el buen sitio es que te resulte cómodo cogerlo y dejarlo de forma que sepas que volverá a su sitio casi sin pensarlo. Todos los demás que no estan en uso, deberían estar en un cajón, en vertical y en la cocina.
Los paquetes a medias
Confieso que no los soporto. Me salen sarpullidos cada vez que veo dos paquetes abiertos, o uno al que le quedan dos dedos de azúcar. Al final, además, estos paquetes acaban rompiéndose por varias partes, manchan el armario en el que estén, se nos cae por la cocina… seguro que te suena.
Mi recomendación para esto es que compres botes adecuados para almacenar, de cristal. Si consumes productos de 1kg, el bote debe ser de 1,5kg. Siempre la mitad más.
No solo es mucho más práctico, más fácil y más limpio sino que es bastante más estético. Para nota, si todos los botes son iguales, o de la misma gama, vas a marcarte un puntazo. Ruido visual convertido casi en decoración. Si quieres pruebas solo tienes que irte a Pinterest y ver la cantidad de cocinas ideales que utilizan este sistema de botes de cristal para almacenar los ingredientes.
Las bolsas
Se te ha escapado una sonrisa al ver el título, lo sé. Eso es porque ya leíste Mi Tesoro: las bolsas. Creo que de las bolsas podría escribir un libro. Me horrorizan.
Cada vez que voy a una casa con uno de esos cajones de bolsas de plástico o incluso un armario es como revivir Pesadilla en Elm Street. Sobre todo, me pone muy nerviosa que se pierda tiempo con el doblado de las bolsas: que si en pico, en rectángulo, en churro…
¿De verdad? Yo creo que llega un punto en el que ya hemos perdido el sentido.
El gran truco para almacenar bolsas es… no tenerlas. No las cojas en el súper. Si se te olvida la tuya de tela o de red, lo llevas en brazos o en el bolso o en ambos (siempre que sea materialmente posible, claro). Así la próxima vez no te olvidarás.
Y ya no hablamos de las bolsas sagradas, esas de la marca tal o cual o de la bolsa de rafia. Ya sabes, esas bolsas que sabes que te debe tu hermana y se la pides.
Racionalizar el uso de las bolsas, además, marca un grandísima diferencia ecológica. Seguro que has visitado decenas de playas, ríos, montes… y allí siempre había una bolsa de plástico tirada. Las bolsas tienen un enorme impacto medio ambiental y es fácil reducir su uso.
Sí, al principio parece incómodo pero en un par de semanas verás como era más dejadez que verdadera necesidad. Haciendo un cálculo muy rápido con datos públicos, cada persona del planeta consume 662 bolsas de plástico al año, casi dos por día. Esto incluye bebés, enfermos… todos.
Ahora imagina el cambio que puede suponer reducir, aunque sea un poco, esta estadística. El cambio está en nuestras manos, en nuestro día a día.
El guarda mierda de la cocina
Ya sabes del que estamos hablando, ¿verdad? Sí, lo sabes. Ese. Justo ese. Ese cajón en el que se mezclan bolis, velas de cumpleaños, el abrelatas, papeles de notas, algunas monedas…
Para la lista de la compra, ahora tienes el planner o la agenda. También es un buen sistema tener estas listas en una app que te permita compartirla con otros miembros de la familia.
Al ataque
Ya ves que no es tanto. Ya has dado los primeros pasos con tus menús y tu comida. Si consigues eliminar estos focos del desorden que casi todas las cocinas tienen, te aseguro que el toda tu casa empezará a funcionar mejor como por arte de magia.
Y ahora es tu turno. ¿Qué tal está tu cocina tras la vuelta del verano? ¿Te ha costado volver a ponerla en vereda? ¿Todavía está pendiente? ¿Ni te habías dado cuenta?
9 thoughts on “La cocina, el epicentro del orden en casa”