Confieso que soy súper navideña, me encanta, aunque odio las prisas y el correr de un lado para otro. Lo peor, sin duda, es la ansiedad que generan los centros comerciales en esta época.
Empiezan colocando la navidad en Septiembre y, antes de que te des cuenta, está todo el mundo corriendo a toda prisa, como títeres sin cabeza, de un escaparate a otro.
También suelo evitar el centro de Madrid en días top de estas fechas que se ponen insoportables. Es por todo esto que, desde hace años, planifico la navidad con mucho tiempo de antelación y, sobre todo, la compra de regalos.
Para mí, la navidad debe ser muy muy slow. Disfrutar haciendo cosas con los niños, cocinar en casa mientras todo se llena de aromas de bollos horneados con canela y chocolate, darle a la casa ese pequeño toque especial decorando aquí y allá, pero siempre todos juntos.
No sé, en mi idea de navidad no entra la parte de sentirte empujado por una marea de personas en un centro comercial o moverte por la Gran Vía como si fueras un karateka esquivando golpes. Llámame idealista.
Te voy a contar como lo hago yo por si este año quieres sumarte al cambio.
Planificación
Como siempre, es imprescindible empezar con una buena planificación. Podrías utilizar papel, lápiz o una app de listas como Google Keep o Evernote. Anota en una lista el nombre de todas las pesonas a las que harás regalos durante las fiestas. Aprovecha también para crear listas de cosas que te apetecería hacer este año o de cosas que necesitas para la decoración o para tus menús navideños.
Durante las próximas semanas, cada vez que hables con tus amigos o familiares, estate atento. Normalmente, las mejores ideas de regalo surgen en conversaciones casuales. Además, el hecho de que todavía quede un poco para navidad hace que, muy a menudo, la gente no recuerde haberte dicho nunca que tal o cual regalo les apetecía. Simplemente, no asocian todavía noviembre con época de regalos. Y ahí estarás tú con tus listas a mano para que no se te pase nada.
Qué regalar
En cuanto a los niños, sobre todo cuando son pequeños, no te líes, a veces lo más sencillo es lo mejor. El año pasado, mi hija recibió un montón de troncos pequeñitos de madera como estos y fue de lo que más le gustó. Te aseguro que juega con ellos más que con nada en el mundo. A veces son árboles o casas o escaleras…
Otra opción, como he dicho ya varias veces es regalar experiencias. Ya sabeis que soy muy fan de ruralit y sus experiencias rurales. Este año, por mi cumple, recibí el regalazo: un brunch con spa para dos y con servicio de canguro. Para mí ha sido un súper regalo, que pienso disfrutar muchísimo y que, además, no ocupará sitio en casa.
Y si no sabeis, no tengáis miedo de preguntar. Yo el año pasado pedí toallas blancas y os puedo asegurar que cada vez que las uso me acuerdo muchisimo de mi padre. ¡Vaya pedazo de toallas! Un lujazo. Por supuesto, él no estaba nada convencido con eso de regalarme unas toallas blancas, te lo puedes imaginar. Y, sin embargo, es un regalo que disfruto todos los días.
También puedes regalar una ilusión, un proyecto común, unas vacaciones de invierno (que en enero es cuando los viajes salen más baratos)… tienes mil opciones, no te quedes con la clásica bufanda, o los guantes que al final nadie usa.
Conclusión
Intenta que la navidad sea más experiencial y más tranquila. Prepara las cosas con antelación y reserva unos días para hacer cosas con los tuyos como cocinar bollitos con los niños o meriendas de chocolate con churros. Busca tus regalos con tiempo y, si no te entusiasma ir de compras, ahí está Amazon. Tampoco te quedes con lo fácil. ¿Qué crees que les gustará más a los niños, muchos juguetes o un par de días en Eurodisney? No regales cosas, regala recuerdos.
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