Ya estamos a jueves y se acerca el fin de semana. Seguro que ya te va haciendo falta. Hoy me gustaría cambiar un poco de tema y me gustaría hablarte de un desengrasante ecológico que he estado probando.
Hace unas semanas los chicos de Simple Green se pusieron en contacto conmigo para que probase su producto. Yo no lo conocía pero parece que en USA es muy conocido y en España ya se utiliza ampliamente en entornos industriales.
Tú sabes que yo siempre recomiendo tener la menor cantidad de productos posible. Además, este tipo de productos vale-para-todo suelen ser muy abrasivos y les tengo mucho miedo. Así que, sinceramente, tenía mis dudas de que fuera a dejar entrar un producto así en mi casa.
Qué me convenció para probarlo
En primer lugar y lo más importante, que es biodegradable. Y no sólo eso, también ayuda a la biodegradabilidad de los hidrocarburos. ¿En serio? O sea que no sólo es que no sea tóxico sino es que ayuda a que otros productos tóxicos dañen menos el entorno. Esto empezó a picar mi curiosidad.
Este tipo de afirmaciones a veces son un poco de marketing pero lo cierto es que Simple Green posee las certificaciones de la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU, de Suiza e incluso está reconocido por la NSF para su uso en el sector alimentario. No es poca cosa.
Eso explica porqué se está utilizando tanto en fábricas e industrias donde las normativas de medio ambiente y seguridad laboral cada vez son más estrictas.
Si me sigues habitualmente, sabes que nunca, en ningún caso, recomiendo utilizar productos tóxicos en casa como el amoníaco, el agua fuerte o limpiadores abrasivos. En España estamos muy acostumbrados a usar ese tipo de productos y no sólo es innecesario sino que es peligroso. Por eso intento enseñarte a usar el bicarbonato y el vinagre como principales alternativas.
Así que, tras investigar en su página web y leer algunas opiniones de usuarios, me pareció que valía la pena probarlo y enseñaros mis resultados y mi opinión.
Para qué sirve
Simple Green es un producto de limpieza multi-propósito (all-purpose que dicen los norteamericanos o nuestro más castizo «vale pa tó»).
Algunos ejemplos de uso son quitamanchas, desengrasante, manchas de garaje (aceites de motor y similares), baños, friegasuelos, vitros, cristales, manchas en vehículos y herramientas… y así podría seguir hasta aburrirte.
Una aviso importantísimo.
Simple Green no puede utilizarse tal cual viene en el bote. Es un producto concentrado así que siempre, siempre tiene que diluirse en agua. En la parte de atrás de la botella vienen las instrucciones de dilución para diferentes tipos de aplicaciones.
Otra ventaja medioambiental de los productos concentrados es que tienes que mover menos cantidad de producto por el mundo lo que reduce la cantidad de camiones circulando, pallets, plástico para las botellas, etc.
Es verdad, los hace un poco más complicados de utilizar pero creo que esa pequeña molestia vale la pena.
Cómo funciona
Bueno, vamos a meternos en faena. Lo primero es que tendremos que hacer la dilución en función de lo que queramos limpiar. Algunos ejemplos:
- Limpieza de cristales: se tendría que diluir el producto en una proporción de 1 parte de producto por 100 o 150 de agua.
- Limpieza general (suelos, cristales, espejos…): 1 parte de producto por 10 de agua
- Desengrasante: 1 parte de producto por 3 de agua
Lo ideal es mezclar el producto en un pulverizador y usarlo desde ahí. Cómodo y práctico. Otras veces, en cambio, es mejor aplicarlo con esponja.
Otra cosa que me encanta es que en su web tienen un catálogo enorme de consejos para utilizar el producto en diferentes situaciones. Así es fácil si tienes dudas ir a ver cómo tienes que hacerlo.
El Resultado
Brutal. Sin tapujos.
Te voy a contar lo que me pasó. Empecé a probarlo para limpiar la vitro y la cocina. Tenía unas manchas en el horno un poco más rebeldes de lo habitual e incluso unas manchas de pintura que se me habían quedado en los azulejos de esas de las obras.
El resultado en todos los casos fue excelente. Pude quitar las manchas con mucha facilidad y encima con olorcillo fresco, de ese a hierbas y a bosque.
Pero la realidad es que no se habían tratado de pruebas por necesidad. El caso es que, hace unos días, mientras hablaba por teléfono, mi hija tuvo la genial idea de redecorarme el baño. Usó acuarelas para pintar el water, el bidet, los azulejos, el suelo y, cómo no, toda su ropa.
Estuve a nada de tirar la ropa a la basura (no te puedes imaginar como estaba, absolutamente insalvable). Entonces me acordé de que todavía tenía el Simple Green y de que se podía limpiar ropa con él. Y como no tenía nada que perder, pues me lié la manta a la cabeza.
Llené el lavamanos de agua con jabón y pulvericé la solución tal y como decían las instrucciones, sobre las manchas. Después lo dejé todo a remojo unos diez minutos mientras me ponía a recuperar mi baño.
Las manchas de pintura de la porcelana salió con facilidad. Básicamente, pulverizar y pasar un paño. Se acabó.
Lo increíble fue cuando fui a ver la ropa. ¿Sabes en los anuncios de la tele cuando sacas la ropa del cubo de agua y se queda la suciedad en el agua y la ropa perfecta? Bueno, pues así. Empecé a pegar gritos para que mi marido viniera a verlo porque ni me lo creía. Sin frotar. Increíble. Sacarlo del agua y ponerlo a tender. Por supuesto avise a los grupos de wasaps de madres 🙂
Conclusión
Ya te lo imaginarás pero la verdad es que a mí me ha encantado y han conseguido una clienta fiel que, desde luego, recomendará este producto con los ojos cerrados. En este caso, en mi experiencia al menos, vale la pena hacerle un hueco en casa.
Es versátil, funciona muy muy bien y hace que cosas difíciles o casi imposibles se hagan sin ningún esfuerzo (ninguno de verdad).
Y, si lo pruebas, déjame tu opinión en los comentarios. No sólo para mí, también será muy útil para el resto de lectores que llegue hasta aquí.
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