Llegó Junio, casi sin enterarnos y, poco a poco, termina el confinamiento y yo salgo de mi letargo. Al principio, cuando todos pensábamos que esto pasaría rápido, quise seguir igual, como si no pasara nada. Más tarde, cuando vi que tardaría en pasar, decidí medio ponerme en letargo, en cuarentena, y encerrarme un poco más en mí, en mi familia y en mi casa.
Durante estos meses, todos hemos cambiado. Las vidas de mucho se han apagado y hasta hemos sentido miedo. Yo espero que todo lo vivido nos permita aprender a valorar lo importante. Vamos, lo que siempre hemos hablado en nuestra comunidad. Ser y estar más en el momento presente, disfrutar más, recordar que las cosas son cosas y que todo tiene una importancia relativa. Disfrutar de lo que tenemos, sea mucho o poco, y convertir nuestra casa en nuestro hogar, en ese sitio en el que nos sentimos a salvo.