Este post que para muchos os puede resultar un auténtico rollazo, para mí es realmente inspirador. La categoría repuesto a la hora de crear las secciones de nuestra casa es básica y, de esta sección, depende mucho del buen funcionamiento de un hogar y de que todo fluya.
¿No me crees? Sigue leyendo y luego me cuentas.
El problema
Cuando no tienes los repuestos separados de las cosas del día a día, siempre existe la tentación (o el despiste) de abrir bote nuevo. Ponte en situación. Has dejado sonar el despertador un poquito de más, no tenías la ropa elegida previamente y se te ha echado el tiempo encima. Te estás duchando y tienes todos los botes de champú a mano, los nuevos y los viejos. ¿Te vas a poner a ver cual es el que tiene menos? Quizá, pero seguro que no son pocos los que cogen el primero que cacen.
Cuando los repuestos están en un lugar conocido y accesible, pero no a mano, esto no ocurre. Si un bote se acaba, sabes dónde ir a buscar el recambio pero no hay varios botes con lo mismo rondando por casa a medias.
Ventajas de usar la sección de repuestos
Además de tener menos cosas por toda la casa, una ventaja importante de la sección de repuestos es que te permite ser consciente de cuando coges un repuesto. ¿Qué se hace en ese momento? Apuntarlo en la lista de la compra. Es muy fácil generar ese hábito y que nunca te encuentres con que no hay champú o pasta de dientes.
En cambio cuando tienes una población flotante de botes repartidos por casa, puede ocurrir que vayas a acabar todos a la vez sin enterarte. No es nada extraño, de hecho.
Otra ventaja de usar esta sección es que te permite tener los muebles y superficies del día a día mucho más despejadas. A nadie se le ocurre tener todos los bricks de leche en la nevera o todas las botellas de aceite en la encimera, ¿no? Entonces por qué se nos ocurre tener montones de champús en la bañera o dos tubos de pasta de dientes.
Mis repuestos
Para que te hagas una idea, te voy a explicar cómo organizo yo los repuestos en casa.
Tengo una sección de repuestos del baño, que guardo en el propio baño. Ahí puedes encontrar cremas, geles, champús, pasta de dientes, desodorantes, papel higiénico…
En la sección de repuestos del hogar, en la cocina, tengo vinagre de limpieza, trapos…
Finalmente, en la sección de repuestos de oficina, ubicada en la parte del salón que uso para mi trabajo, tengo libretas, folios, bolis, etiquetas, pegatinas, tinta de impresora…
Conclusión
Los repuestos deben estar separados de las cosas del día a día, pero a mano. Sería muy incómodo quedarte sin papel higiénico en el baño y tener que salir a buscarlo a la terraza, o quedarte sin tinta para la impresora y subir al trastero a por otra.
Ten los repuestos siempre cerca de donde los vayas a necesitar pero ocultos o en zonas más incómodas. Por ejemplo, son buenos lugares un estante alto o un armario bajo.
Aprovecha para crear la rutina de apuntar en la lista de la compra aquellas cosas que coges de cualquiera de tus zonas de repuestos. Es una tranquilidad extra el saber que nunca te quedarás sin eso que tanto puedes necesitar en el peor momento. Y ese es nuestro principal objetivo, vivir más tranquilos.
Nos vemos el jueves en YouTube.
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