Ya es un clásico en el blog que te ponga mi lista de regalos de navidad. Lo hice en 2016 y en 2017 y este año no podía faltar a la cita.
La idea de este post es darte una idea de como yo preparo estas fiestas para alcanzar un equilibrio y dar sentido a los regalos que me puedan llegar y a los que yo misma piense regalar. Regalos desde la consciencia, que aportan y que se disfrutan.
Así que también te voy a dar algunas ideas de lo que yo te propondría regalar a los que más quieres.
Lo más importante, la salud
Este año solo pido a los magos de oriente mucha salud. Después del arrechucho de este verano, es lo único que les pido. Es lo típico que se dice cada año sin prestarle demasiada atención, pero cuando te pasa algo, cambia mucho este deseo.
Pero esta carta no es solo para los magos de oriente, también es para sus pajes terrenales a los que les suele gustar dejar algo debajo del arbolito así que también hay para ellos.
Regala experiencias
Ya sabes que yo siempre te animo a regalar más experiencias y menos cosas y este año no iba a ser menos.
Nuestro regalo conjunto será un viaje familiar al sur de Marruecos. Hace casi un año que nos enamoramos de esa tierra increíble y mágica y estamos deseando volver. Si todo va bien, lo haremos en febrero enfocados en la zona más rural y de desierto.
Otros consejos más baratitos para regalar como experiencia son planes rurales, como los de rural-it, un tratamiento de spa, cursos de cocina o los de La Casita de Inglés para padres e hijos. Me gustan un montón. También es buena idea unas entradas al teatro o, por qué no, un taller de orden ;-).
Regala tiempo. Los mejores regalos que me han echo en mi vida, tanto mi hermana como mi amiga Raquel, eran tiempo de calidad. Mi hermana me sorprendió con cupones del tipo «cena en pareja y yo me quedo con la peque», y Raquel, en mi treinta y cinco cumpleaños, con un «spa en pareja + canguro». Dos regalo maravillosos que nunca olvidaré.
Regalos prácticos
En el apartado de cosas prácticas, por ejemplo, toallas. No tuerzas el gesto, hombre. Sí, sé que parece un poco raro pedir toallas en navidad pero tiene sentido.
Muchas veces queremos hacer cambios en casa que apetecen mucho pero cuestan. Por ejemplo, cambiar los juegos de toallas para tenerlos todos blancos es algo difícil de hacer si no te dan un empujoncito. A mí me encanta que me regalen toallas de algodón de esas grandes que te permiten abrazarte.
Una cosa que te ocurre con los años y cuando vas bajando tu nivel de consumo y de desapego, es que no te apetece que te regalen nada concreto. Tienes todo lo que necesitas. No obstante, te empiezas a fijar en cositas como esas, que generan ruido visual, que pueden costar un dinero (porque los juegos de toallas tampoco son baratos, si son buenos) o que, simplemente, te apetece y lo ves práctico.
Regalar tuppers de cristal, todos iguales, debería ser un clásico, para hacer limpia. Puede ser el momento de pedir a sus majestades 5 tupper de cristal iguales.
Mi marido, por ejemplo, llevaba meses obsesionado con cambiar los cuatro vasos de cristal que teníamos en casa desde hace años pero no acababa de dar el paso. Los vasos, claro, estaban bien, funcionaban pero ocupaban mucho (eran demasiado grandes para el espacio que teníamos) y ya tenían algunas marcas de esas que ya no se quitan.
También podéis pedir regalos familiares que os den tiempo para todos. ¿Por ejemplo? Pediros un Roomba, claro, y más estos días que está con ofertón en Amazon por el Black Friday. Y qué tal una cafetera de esas capaces de cambiarte las mañanas.
Regalos que cambian una casa
El kit de aceites esenciales (siempre en herbolario) y el difusor también son una gran idea. Es el regalo perfecto para tu padre o madre, herman@, cuñado o tú mismo si aún no lo tienes. Un mundo por descubrir lleno de beneficios, para el cuerpo pero sobre todo para el alma.
Los olores adecuados en los sitios y los momentos adecuados relajan, reducen el estrés y te hacen sentir más a gusto y tranquilo en tu casa. ¿No es buen regalo poder sentirse mejor cada día?
Conclusión
Imagina un 9 de Enero en el que la Roomba ha aspirado la casa mientras salías de paseo y llegas a casa a sentarte en tu rincón, ese que tiene una mantita amorosa. Tu difusor te ofrece aromas de lavanda mientras miras por la ventana calentándote las manos con tu taza de café cremoso. Estás relajado y sonriente recordando la sesión de masaje y desayuno continental de hace unas horas.
Un solo párrafo lleno de regalos que crean sensaciones y te ayudan a vivir mejor.
Mi árbol ya está puesto. 🙂
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