Acaba el curso y, como cada año, te vas a enfrentar a la llegada de innumerable material que tus hijos han ido preparando a lo largo de todo el curso.
Es una práctica habitual la de entregar a los padres una carpeta con las fichas, dibujos u otros materiales realizados durante el curso.
Está muy bien y es una buena forma de que conozcamos sus progresos pero, ¿cómo gestionamos todo eso? Son muchos años de estudios y no siempre tenemos espacio para guardar todo esto. ¿Qué guardamos? ¿Cómo lo gestionamos con ellos?
De todo esto va el post de hoy.
Sin piedad con los años anteriores
Es normal que los niños tengan un cariño especial a las cosas que han hecho durante el curso. Es su esfuerzo y sus logros y les gustará enseñártelos con orgullo.
No obstante, es posible que notes que van perdiendo interés por lo de otros años. Es normal ya que ellos no suelen tener tanto apego por lo anterior. Les gusta ver lo bien que lo hacen hoy y no lo «mal» que lo hacían ayer. Esto te da una oportunidad.
Mi consejo es que revises con ellos los años anteriores y que te quedes solo con cuatro o cinco piezas que te den una buena idea de cómo fue ese año y lo que hicieron. Lo demás sobra. Normalmente, no será más que repeticiones de lo mismo con pequeñas variantes.
Si eres de los que te cuesta desprenderte de estas cosas, digitaliza. Es un rollo pero funciona realmente bien.
Cómo gestionar el material del curso actual
Con el año que acaba de terminar, puedes ser más permisivo. Es lo que acaban de traer y lo normal es que lo traigan con mucha ilusión.
Manejar la ilusión es importante y no sólo cuando tratamos con niños. Muchos de los problemas que tenemos de adultos ocurren por no saber dominar ese control de las ilusiones y las espectativas pero no me lío que eso es otro post.
Tienes que demostrarles que te importa lo que hacen y que lo valoras. Por otro lado, también tienes que hacerles entender los problemas de la acumulación y que lo más importante del curso no está en los objetos que traen sino en las enseñanzas y las experiencias que han vivido.
Para reducir ese material que entra en tu casa, puedes proponerles compartirlo con abuelos y otros familiares que quieran tenerlo. Ojo, pero sin meterlos en un compromiso que nos conocemos. Habla primero con ellos, sin los niños delante y con confianza.
Utiliza las carpetas acordeón
Reconozco que soy una fan de las carpetas acordeón. Me parecen súper prácticas para almacenar y clasificar todo tipo de papeles. Además, son fáciles de transportar y almacenar.
En el caso del material escolar, puedes utilizarlas para dividir entre las distintas materias o propósitos de los trabajos de tus hijos. Podrías utilizar una carpeta por año o, si has conseguido reducir al mínimo los años anteriores, podrías utilizar una carpeta para lo anterior con una separación por año y otra carpeta para el curso actual.
Conclusión
La gestión de este tipo de material puede ser más o menos práctica. Es verdad, y muchos me diréis, que no ocupa tanto cuando tienes una casa de tamaño medio y es bastante cierto. No obstante, esto no va solo de eso.
Con este ejercicio les enseñamos a ellos (y a nosotros mismos) a no apegarnos a las cosas materiales. Les enseñamos que lo bonito está en la experiencia, en la enseñanza y en el recuerdo pero no en el objeto en sí.
¿Conoces los mandalas que los tibetanos construyen con arena durante semanas? Son dibujos espectaculares, preciosos, llenos de detalles y simplemente realizados con arena de colores. Inmediatamente después de poner el último puñado de arena, lo destruyen.
Este ejercicio sirve para eso, para no apegarse. Nos enseña que lo bonito no está en llegar al destino sino en el camino que nos lleva hasta allí. En el futuro, eso les hará adultos más felices y les ayudará a dominar la frustración que es uno de los mayores males de nuestra educación competitiva.
Si ya haces algo de esto (o si no lo haces), me gustaría conocer tu experiencia. Cuéntamelo en los comentarios.
8 thoughts on “Ordenar material escolar de los peques”