Aunque pienses que tirar es la parte sencilla de una re-organización, en mi experiencia, no es tan fácil saber qué hacer con todo lo que no quieres. De hecho, es una de las dudas más habituales.
Igual has notado alguna vez en plena locura de «¡voy a tirarlo todo!» que te bloqueas cuando empiezas a ver que las cosas que desechas se van acumulando aquí y allá mientras no acaban en el contenedor.
Y la tele vieja, ¿dónde la llevo? ¿puedo tirar los «recuerdos de Albacete» a la basura? Lo de donar, a esa esquina por ahora. Lo de vender, encima de la cómoda. Espera, ¿ese montón era para tirar o es que aún no lo he revisado? Necesito un café.
Si no organizas bien esta parte, puedes sufrir un bloqueo que de al traste con todo tu entusiasmo Zen. Así, que voy a darte algunas pautas para que todo vaya sobre ruedas.
Crea tus contenedores
Cuando estoy haciendo una ordenación en casa de algún cliente, siempre sigo el mismo método. Pongo distintas bolsas (mejor sacos porque van a llenarse mucho) que simulen el contenedor al que va dirigido el contenido:
- Bolsas amarillas para los plásticos
- Bolsas de papel para los papeles (así va al contenedor con bolsa y todo)
- Bolsas azules para la basura
- Bolsas negras para el punto limpio
- Bolsas grandes reutilizables para lo que vamos a regalar o donar. Para esto son geniales las bolsas azules de Ikea.
- También bolsas reutilizables para lo que vamos a vender
Así, cuando desechemos un objeto, tendremos claro rápidamente a qué bolsa debe ir. Después, será cuestión de coger las bolsas por grupos y llevarlas al destino que les corresponda.
Es muy importante que no vuelvas a mirar las bolsas porque puedes apostar a que acabarás sacando unas cuantas cosas otra vez. Líbrate de ellas lo antes posible, si puede ser hoy mejor que mañana.
También es clave que, durante este proceso, no haya familiares o amigos rondando con sus típicos comentarios de «¿vas a tirar esto? pero si está nuevo» o «¿ese no es el jersey que te trajo Marivi de Mallorca?».
La bolsa de donación
La bolsa de donación admite otras cosas además de ropa (menaje del hogar, ropa de cama, toallas, juguetes…). Piensa que muchas familias necesitan de todo. Así que, sin temor, organizaciones como Cáritas, Humana u otras recogen este tipo de cosas.
La bolsa de ventas
La bolsa de ventas tiene truco. Es genial cuando empiezas a ganar dinero con cosas que pensabas tirar pero márcate unos limites.
Ponte un plazo máximo de tiempo en el que tendrás el producto a la venta y, sino lo vendes, lo donas o lo tiras. Sé muy estricta con los plazos o pronto tendrás más agujeros negros en tú casa y eso es justo lo que tratamos de evitar.
Y, ¿dónde vendo todo esto? Bueno, tienes las clásicas tiendas de segunda mano de barrio o el Cash Converters, también puedes montar un mini mercadillo entre amigos o utilizar aplicaciones como Wallapop, Vibbo o Letgo…
Las dudas, al punto limpio
El punto limpio es tu mejor amigo, no deben tener muchas visitas y suelen ser super amables, te resolverán todas tus dudas y se quedarán con el 99% de lo que les lleves.
Los muebles y trastos grandes
Si hablamos de muebles, colchones, somieres o similares, todos los ayuntamientos tienen un servicio de recogida. Llama a tu ayuntamiento y te dirán el día y la hora a la que pasarán a recogerlo por un contenedor próximo a tu portal.
Y tú, ¿cómo te organizas cuando vas a hacer limpia de trastos?
2 thoughts on “Qué hago con lo que no quiero”