Los tupper, amados y odiados por igual, esos grandes enemigos de los armarios de la cocina y el congelador. Aparentemente geniales para tenerlo todo organizado pero, a la hora de la verdad, más rebeldes que los niños a la hora del recreo. ¿Como sacarles el máximo partido?
Comencemos por el principio
Lo primero que necesitarás será hacer inventario de todos los tupper que tienes. Si eres como la gran mayoría de la población mundial, tendrás diferentes modelos, tamaños y tipos, la mayoría tendrán la tapa retorcida después de varias visitas al lavavajillas, muchos no cerrarán bien o ni siquiera tendrán tapa directamente (el misterio de las tapas desaparecidas sigue sin resolverse hoy en día), también tendrás unos cuantos a los que ya no se le quita el tono rojizo del tomate.
Veremos en futuros posts algunos trucos sencillos para quitar los olores de los tupper o eliminar ese molesto tono rojizo pero no es el objetivo de este post (aunque ya os aviso que, tristemente, llega el momento en el que deben pasar a mejor vida).
Una vez pasada revista, llega el momento de decir adios así que, ármate de valor y, como dijimos cuando hablábamos de los 5 Trucos para terminar con los espacios de caos, no tengas piedad. Todos los tupper que no tengan tapa, a la basura, todos aquellos que no cierren en condiciones, a la basura, todos aquellos que lleves meses sin usar por la razón que sea (demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado… lo que sea) a la basura (o a Wallapop, a ver si les sacas un último servicio).
Ahora veremos unos cuantos trucos muy prácticos para controlar nuestra población de tupper.
Compra todos los tupper iguales
Es la mejor manera de poder organizarlos. Al tener todos la misma forma y tamaño, es más fácil poder apilarlos o colocarlos de forma que no se machaquen los unos a los otros. Normalmente, las empresas diseñan sus modelos de tupper para que sean «compatibles» entre ellos y permitan maximizar el uso del espacio. Comprando diferentes modelos, sólo estamos poniéndonos las cosas más difíciles.
Por otro lado, no te engañes preguntándote qué va a pasar ese día que hagas la paella valenciana para tus veintisiete invitados y sobre, ¿tendré un tupper lo bastante grande? Y quién te dijo que era pecado usar dos o tres tupper para guardar el mismo plato. Lo mismo para las cosas pequeñas, no nos demandan por usar la mitad de un tupper. Parece desperdiciar espacio pero, a la hora de la organización, lo recuperaremos con creces.
Otra ventaja es que las tapas son totalmente intercambiables por lo que no necesitas romperte mucho la cabeza para encontrar la tapa que corresponde a cada base. Son todo ventajas.
Utiliza tupper de forma cuadrada
Esto es el ABC de la organización, la base que ya descubrieron los romanos hace la tira de años. Las cosas cuadradas aprovechan mejor el espacio que las cosas redondas.
Seguro que todos habéis visto el ejemplo en el que alguien mete un montón de pelotas en un cubo transparente y luego nos enseñan la cantidad de espacio que sobra entre ellas. Por si no lo sabíais, esa es la base sobre la que Ikea desarrolló su sistema de embalajes.
Guarda cada tapa con su base
Esto, que parece muy evidente, es menos común de lo que parece. ¿No me crees? Abre tu armario de los tupper y mira como tienes una pila de tapas por un lado y una pila de tuppers por el otro, algunos metidos unos dentro de otros.
Cada vez que necesitas un tupper, abres el armario, recoges las tapas redondas que se han caído rodando, buscas un tupper lo suficientemente grande (o pequeño), pruebas con tres o cuatro tapas hasta que das con la correcta o, peor, ya has llenado el tupper y descubres que la tapa no aparece o que todavía está en el lavavajillas porque, por alguna razón no fue con la base.
Calcula cuantos tupper necesitas realmente
Todos tenemos tupper de más, siempre, es una constante en todas las casas. Primero, porque, debido a todo lo que ya hemos visto, almacenamos un montón de tuppers inservibles, o sin tapa, o nos cansamos de buscar las tapas y de coger «justo» el tupper que perdía para meter las lentejas. ¿Tiramos los tupper que ya no sirven? Exacto, no lo hacemos, es mucho más fácil ir a comprar algunos más, por si acaso y «por tener uno que funcione bien».
Piensa en la cantidad de comida que sueles tener almacenada. Normalmente, no necesitarás más de cinco tupper a lo sumo. Y más de la mitad no se usarán simultáneamente.
Si puedes, pásate al cristal
Esto ya no entra dentro de lo que es puramente organizativo pero, oye, ahí lo dejo. Los tupper de cristal mantienen la comida en mejores condiciones, no acumulan olores ni se colorean con el tomate o similares. En general, son infinitamente mejores que los de plástico.
Como ventaja extra, cuando se te caen, se rompen, y te da menos pena tirarlos a la basura y, si pierdes la tapa, igual descubres que has ganado una ensaladera.
Bienvenida al futuro, las bolsas de congelación
Enhorabuena, si has llegado hasta aquí has conseguido duplicar el espacio de tu congelador mágicamente. Los tupper desperdician muchísimo espacio en el congelador, se hinchan y, si son de plástico, se deterioran con bastante velocidad.
Las bolsas de congelación te permiten almacenar un plato de judías en el mismo espacio que ocuparían tres teléfonos móviles puestos uno al lado del otro. También te permiten guardar «raciones» en lugar de todo lo que sobró. ¿Cuántas veces has tenido que descongelar todo el tupper de lentejas cuando sólo ibas a comer tú sola?
Los tupper necesitan su espacio
No todas las cocinas son iguales y no todos podemos permitírnoslo pero, si puedes, asigna un espacio cerrado únicamente para los tupper. Al ser todos iguales, cuadrados y ser pocos, puedes apilarlos o colocarlos en vertical. En cualquier caso, no deberían ocupar demasiado.
Es importante no mezclarlos con otras cosas como platos, cuencos o cualquier otra cosa o rápidamente verás como se mueven «mágicamente» de sitio conforme pasa el tiempo.
Si, en tu caso, los tupper que almacenas no son tuyos (son de tu suegra, madre o abuela), te recomiendo que selecciones una parte de ese armario de cocina que dedicas a los tupper y pongas una bolsa. Según terminas de comerte los restos del fin de semana familiar, los vas vaciando y los metes en la bolsa.
Ponte un aviso en el móvil con la próxima visita a los dueños de los tupper y así no se te olvidará llevártelos. Por cierto, aprovecha para regalar a tu madre, tu suegra o tu abuela bolsas de congelación de usar y tirar y hazles la vida más fácil.
Conclusión
Estoy segura que con estos sencillos tips, mejorarás esa parte de la cocina que tanta amargura nos trae. Y recuerda, menos es más, y con los tupper todavía mucho más. Así que, no tengas miedo y tira, regala o vende todos esos envases que vas guardando por si acaso. Tú y yo sabemos, que ese «por si» nunca llega.
Anímate y cuéntame tus anécdotas con los tupper o los trucos que utilizas para mantenerlos a raya.
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