A estas alturas, ya sabrás que para mi la entrada o recibidor de una casa es la declaración de intenciones de esa casa.
Ten en cuenta que es la primera impresión que recibes cuando entras. Esto por supuesto importa para los demás pero, sobre todo, para ti mismo.
Imagina que llegas a casa del trabajo. Abres la puerta y tienes que sortear tres mochilas y cuatro pares de zapatos. Los papeles y cartas se acumulan sobre el mueble del recibidor. Vas a colgar el abrigo pero está todo ocupado (y masificado). No será la primera vez que piensas «uno más no importa» y de repente se cae el perchero desarmado como un castillo de naipes.
Ante esto, lo normal es que quieras salir pitando y volver en un rato a ver si mágicamente todo vuelve a estar en su sitio. No es una buena forma de llegar a casa.
Por eso, aunque sé que este tema lo hemos tocado en muchas ocasiones, hoy quiero recordarte esas 5 cosas básicas que tenemos que tener en el recibidor y que, si no las tienes, te recomiendo que busques la manera de tenerlas.