Entramos de cabeza en una de las épocas más consumistas del año, las rebajas de verano. Las rebajas están bien y nos permiten ahorrarnos algo de dinero pero, la realidad, es que si no se planifican un poco, lo normal es que acabemos gastando bastante más de lo que necesitamos.
Pero ojo, ahí no está lo peor. Lo pero es comprar algo porque esta barato para descubrir poco después que, en realidad, no te gustaba tanto ni te queda tan bien.