Como ya sabes, si me sigues por Instagram, ayer estuve haciendo una biblioteca (una pequeña, no vayas a pensar). No es algo muy habitual en mi trabajo y es refrescante salirse de las cocinas y trasteros.
Evidentemente, mi forma de organizar una biblioteca no es tan académica o estricta como puede ser la de un archivero o un bibliotecario pero tampoco mis clientes tienen esa necesidad. Mas bien buscan soluciones cómodas y sencillas de recordar para mantener una mínima organización que no se conserve a lo largo del tiempo.
Y, para eso, mi recomendación es mantener tu biblioteca bajo unas pocas reglas básicas y sencillas.
Así que, si tienes la posibilidad de crear una biblioteca desde cero, ya sea por que te mudas o, simplemente, porque te apetece hacer una reorganización, hoy quiero darte unos tips que te pueden ayudar con el proceso.