Siguiendo con el post del otro día, me gustaría profundizar un poco más en un concepto un poco más filosófico dentro del mundo del orden.
Muchas veces hablamos de que, a través del orden y la organización, nos organizamos interiormente. El orden exterior nos ayuda a conocernos. Del mismo modo, ser muy consciente de lo que nos rodea nos ayuda también a ser consciente de cómo funcionamos interiormente.
De esto va el post de hoy.
Por qué es importante la consciencia
Te habrás dado cuenta de que esta temporada estoy muy pesada con esto de la consciencia. No es casualidad. Poco a poco, a lo largo de los meses, has ido progresando en el orden y la organización de tu hogar. Has aprendido, has alcanzado hitos que quizá antes te parecían imposibles y, además, has notado como te han cambiado.
La parte consciente es un salto más en el camino del orden, como una nueva vuelta de tuerca. Te ayuda a conocerte mejor, a entender cuáles son tus verdaderas necesidades y a vivir más tranquilo y más feliz que es nuestro objetivo al fin y al cabo.
A qué te refieres con cadenas
Las cadenas son una imagen metafórica bastante buena de una idea. Con ellas, vas a representar aquellas cosas a las que tienes apego, que consideras que ahora no quieres eliminar por la razón que sea o por que no estás preparado para ello.
Un ejemplo fácil. Sabes que tienes una colección ingente de zapatos, que no usas ni la mitad pero, ahora mismo, no te sientes con fuerza para hacerles un Sin Piedad. Es más, no quieres hacerlo, te gustan. No obstante, en todo este proceso del orden quizá te hacen sentir algo culpable.
¿Qué hacer?
En primer lugar, como siempre, evaluar la situación desde la tranquilidad. Como he dicho siempre, no hace falta librarse de todo ni vivir como un fraile dominico.
En el camino hacia un modo de vida más minimalista hay diferentes grados y tenemos que escucharnos a nosotros mismos para saber cuando queremos ir un paso más allá. Es algo muy personal que no puede venir de fuera.
El problema con estas cadenas de las que te hablo es cuando no las conocemos. Esto puede ocurrir porque no nos hemos parado a pensar en la vorágine del día a día, que suele ser lo más habitual o porque, por alguna razón, no nos hemos dado cuenta.
Cómo gestionar nuestras cadenas
Vamos a conocernos un poco. Elige un momento con calma, en casa, relajado y tomando algo con boli y papel en mano, como nos gusta hacer estas cosas.
Ahora haz un repaso mental recorriendo las diferentes estancias y cosas de tu casa. Piensa en todo aquello de lo que no te gustaría deshacerte, aquello que quieres tener sí o sí, por la razón que sea. No te juzgues, no estamos aquí para eso. Este ejercicio solo es para conocerte, no para juzgarte.
Es perfectamente válido que en esta lista aparezcan cosas como doce pantalones o mis raquetas de tenis (aunque hace años que no juego). También podríamos tener una colección de radios, piezas de electrónica o vete tú a saber.
Muchos pensaréis que eso debería desaparecer y seguramente tenéis razón pero cada persona es un mundo. Al que colecciona radios le parece una chorrada tener doce pantalones. Al que guarda cassettes le sobra el microondas o la thermomix.
Por eso no juzgamos, porque cada uno tenemos nuestras fortalezas y debilidades, y nuestros gustos, y son tan respetable como los de cualquier otro.
Al final, deberías quedarte con una lista de cosas de las que no quieres prescindir.
Es la hora de reflexionar
Observa tu lista con calma, punto por punto. Ahora trata de pensar en por qué es tan importante para ti, por qué estás permitiendo que invada un espacio y si ese espacio sería más útil para otra cosa.
El objetivo de esto es que te conozcas mejor. Debes conocer tus debilidades (si quieres llamarlo así), el por qué de esa elección que has hecho y el por qué para tí tiene todo el sentido del mundo.
Qué va a ocurrir
Es posible que después de este ejercicio pases una nueva criba a algunas cosas, o no. A veces, al darle una vuelta con calma, descubrimos que quizá no es tan necesario como pensábamos.
Y, si se queda todo, tampoco pasa nada. Lo importante es que ahora te conoces un poco mejor. Sabes lo que tienes, por qué lo tienes y lo que supone para ti en términos de espacio y de coste. Tú lo has elegido con todas sus consecuencias y eso te hace un poquito más libre.
Tal vez llegue un momento en el que ya no lo quieras o no te haga falta. Mi recomendación es que revises esta lista, al menos, una vez por trimestre, solo para ver si algo ha cambiado. Siempre desde la tranquilidad. Nunca lo hagas en un momento de tensión.
Este tipo de cosas que para nosotros son importantes nunca se deben atacar desde la tensión. Esto es porque luego llegan los reproches y los problemas y, como decimos siempre, son solo cosas. No vale la pena.
Conclusión
Este es un pequeño ejercicio que te ayudará a conocerte un poco mejor. Te conocerás tú y aquello que te rodea. Parece una tontería, pero te aseguro que cambiará mucho tu visión de algunas cosas. Es difícil de explicar si no lo has vivido.
Vivir más conscientemente nos ayuda siempre a tomar mejores decisiones y a vivir mejor con nosotros mismos y con nuestro espacio. Pruébalo y me cuentas.
9 thoughts on “Sé consciente de las cadenas que eliges”