Mañana empieza Noviembre. Para mi, es el mes de la habitación de los niños. ¿Por qué? principalmente por la proximidad de la navidad.
Como ya hemos hablado en alguna ocsación, la navidad es una época muy particular que requiere una buena preparación para que no se nos vaya de las manos mucho de lo conquistado a lo largo de todo el año.
Además, vuelve el frío y las horas de luz se reducen mucho, por lo que pasamos muchas más horas metidos en casa. Aunque no lo parezca, los niños también necesitan el orden para desatar su creatividad. Seguro que muchas veces habrás visto como su habitación es un desastre y ellos están muertos de aburrimiento. No es casualidad.
Muchas cosas influyen en el ánimo de los niños y lo reflejan en su entorno. Vamos a ver cómo podemos prepararnos para esta época de cambios que es la navidad.
Desapego y Donación
No hay una época más propicia para asentar en los niños dos conceptos tan importantes como el desapego y la donación que la navidad.
Por un lado, debemos hacerles ver que, como siempre decimos, para que entre lo nuevo, debe salir algo viejo. Acumular juguetes porque sí es lo que luego, siendo adultos, nos llevará a acumular cientos de otros objetos inútiles.
Además, enseñarles desde pequeños su situación privilegiada es nuestra obligación como padres. Deben entender que tener más de dos o tres juguetes ya los convierte en una minoría en el conjunto de niños del mundo y que deben compartir esa suerte.
Así, no sólo se trata de hacer hueco a los nuevos juguetes que están por venir. Todavía más importante es que entiendan que eso que a ellos ya no les hace falta, servirá para que otros niños menos afortunados puedan jugar y divertirse como cualquier otro.
Tienes que tratar de que no sea una imposición sino una comprensión. Los niños son muy empáticos cuando consiguen darse cuenta del problema.
Siéntate con ellos en el suelo, ponte a su altura, explícaselo y ayúdales. Sin piedad pero con tacto, estás sentando la base para un futuro mejor.
Como por arte de magia, verás que los niños, cuanto menos tienen, más juegan y más provecho sacan a sus juguetes. Nadie está cómodo en una habitación atestada de cosas, aunque sean niños con juguetes.
Una habitación a su medida
Como siempre decimos, colocar la habitación a su medida es fundamental. Usa cestas y cajas para ordenar todos los juguetes, no pongas estanterias de 2 metros. Si les es incómodo recoger, no lo harán. En casa somos muy fans de las cajas de fruta vintage y las usamos como estantería o como caja para almacenaje de juguetes.
Busca una alfombra gordita. Los niños tienden mucho a jugar en el suelo y tener una alfombra gordita y amorosa, hará que pasen horas y horas jugando. En mi casa hemos optado por esta alfombra lavable que se puede meter en la lavadora. Es de Lorena Canals y la puedes encontrar en No Place Like Home.
También es importante buscar un sistema para guardar los juguetes grandes y aparatosos: el carrito de muñecas, las pelotas enormes… Por ejemplo, para el carrito puedes poner un gancho en la pared y colgarlo cuando se termine el juego. Para los balones, una estupenda opción es una red, donde puedes meterlos todos y colgarlos.
Si quieres incorporar una cabaña o casita en la habitación, lo ideal es que sea dos en uno. Una cama-casita, como esta, puede ser genial. Intenta que las cosas grandes sean dos en uno. En casa, por ejemplo, tenemos un teatro de guiñol que, a la vez, es el cabecero de la camita.
Otro problema clásica es el de los Lego. Para esto, la mejor opción es un sistema de almacenaje en cajas como el Trofast de IKEA del que tanto hemos hablado.
No te olvides de la luz
Y no te olvides de la luz. La luz debe ser cálida y suavecita para que se sientan súper a gusto. Pero hay más cosas. Si pones una luz demasiado fuerte o que cambie de colores, seguramente, tendrás a los peques como motos.
La luz influye muchísimo en el estado de ánimo y no es algo a lo que se preste la suficiente atención.
Y para terminar
Como siempre, menos es más. Desde que nacen inundamos a los niños de juguetes, les compramos lo que les gusta y también lo que nos gusta a nosotros. Incluso compramos cosas que todavía no tienen edad de usar.
Comprar, comprar, comprar. Control. Todos sabemos que los niños disfrutan más con un palo y unas piedras, yendo al parque de atracciones y al campo.
Lo primero que tenemos que aceptar es que los primeros culpables de que las habitaciones de los niños estén como están es nuestra. A partir de que somos conscientes de esto, podemos empezar a plantear soluciones.
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