El tema de las fotos impresas es otro recurrente del mail y las redes que creo que nunca había tratado en el blog. Y es un tema complicado porque hay pocas cosas que tengan más carga personal que las fotos.
Luego tenemos el problema añadido de que suelen ser algo que se pasa de generación en generación. No es fácil tirar las fotos de tus bisabuelos o incluso más allá.
Por suerte nuestros hijos no tendrán que soportar esta carga, ya que la mayoría de la fotos que vamos a dejarles las tendrán en la nube.
Pero vamos con el problema actual que son las fotos que tenemos, esas que hemos ido acumulando y acumulando. Qué hacemos con ellas, cómo las guardamos, cuando hay que tirarlas y cómo hacerlo.
El problema con las fotos
No me voy a centrar tanto en las fotos que guardamos de juventud sino, más bien, en aquellas que heredamos, que suelen ser más problemáticas.
Aún así, ten en cuenta que el proceso a seguir con tus fotos es exactamente el mismo que con las fotos heredadas.
Cuando vaciamos la casa de una persona que se ha ido, las fotos suelen pasar a manos de sus hijos. Lo normal, es que esas cajas ni siquiera se revisen. Se guardan tal cual en los trasteros y altillos y, a lo tonto, se van llenando de fotos, marcos y álbumes.
Cuándo hacer limpieza
Como siempre que tenemos que organizar (y tirar) cosas personales, no podemos hacerlo así como así. Debemos estar preparados.
Si ha llegado tu momento lo sabrás, confia en tí. El momento de organizar estas cosas es uno en concreto, ni antes, ni después. Notarás que tienes esa necesidad en el momento adecuado. Suele ser como un impulso o una resolución muy grande.
A veces puede ser porque te has puesto a revolver toda la casa o porque has decidido dar un gran giro a tu vida pero también puede ser que estés tranquilamente en la bañera y sientas que ha llegado el momento de ponerte manos a la obra.
Sigue tu instinto.
Pasos a seguir
Encontrar el día correcto es fundamental. Intenta estar solo, sin gente externa que condicione tú decisión. Eliminar agentes externos es fundamental en todos los procesos de deshacerse de cosas pero, si esas cosas son muy personales, todavía más.
Para empezar, reduce la cantidad de cosas no personales. ¿Y cuáles son esas cosas? Pues los álbumes y los marcos. Sólamente quitando eso y quedándote con todas las fotos ya habrás reducido mucho espacio.
El resto de las fotos puedes organizarlas y guardarlas en cajas que ocupan mucho menos espacio y se colocan en cualquier parte.
Empieza por eliminar las fotos que para ti no tienen sentido. Seguro que tienes un montón de fotos de gente que ni conoces, o de paisajes de vete tú a saber dónde. Sin piedad.
Las fotos de familiares lejanos que no quieras conservar, también se tiran sin piedad. Tranquilo, esto no es vudú. No les pasará nada.
Las fotos de lugares, a no ser que sean muy especiales, tampoco tiene sentido guardarlas. Puede que hace unos años fuera lógico tener fotos del Castillo de la Mota o de la Torre Eiffel pero, hoy en día, con internet, esas fotos no tienen ningún sentido. A un click tienes acceso a miles de imágenes de cualquier lugar que quieras imaginar, y en mejor calidad. Esto es especialmente cierto para aquellas visitas en las que has sacado veinte planos distintos de la misma torre.
Después de esto te habrás quedado con, como mucho, una décima parte del espacio que ocupabas antes.
Cómo organizarlas y clasificarlas
Hay muchas formas de clasificar las fotos pero eso ya no es temática para este blog. Seguramente hay gente que lo explique mucho mejor que yo.
Busca una forma que sea intuitiva para ti. Tal vez las agrupes por fecha o temática o ambas (por ejemplo, Francia 2008).
Puedes meterlas en sobres y, a su vez, todos estos sobres los metes en cajas. Lo que es importante es que no tengas muchas cajas medio vacías. Aprovecha bien su espacio.
La solución maestra
Digitaliza. Sí, lo sé, es un rollo y te llevará unos cuantos días probablemente pero es la solución perfecta. Copias de seguridad en la nube, cero espacio utilizado y la posibilidad de etiquetar, organizar por colecciones y utilizar buscadores informáticos. Incluso podrás acceder a tu colección desde el móvil o la tele.
Entiendo el apego a la foto física, es similar a lo que ocurre con los libros en papel. Sólo tenlo en cuenta. Como solución a largo plazo, sin duda, es lo mejor porque, como sabes, las fotos en papel se van degradando con el tiempo.
Esto es todo
Como ves tampoco tiene mucha ciencia. Lo más complicado de todo este proceso es encontrar el momento adecuado. Ahí está la clave.
Y, a no ser que seas muy fan de la fotografía y la disfrutes como nadie, huye de los álbumes. Salvo en casos muy muy especiales como el de tu boda y algo más, suelen ocupar muchísimo espacio y no se vuelven a ver ni una vez al año.
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